“Es más difícil vivir en el éxito que alcanzarlo” (Spanish)

Ignacio Isusi (Bilbao, 1972) reside desde hace un año con su familia en Cayo Vizcaíno, una isla conectada a Miami por un puente.  “Florida es el lugar perfecto desde el que viajar al resto de Estados Unidos, Latinoamérica y España. Con buenas conexiones aéreas”. Isusi es “coach ontológico empresarial”. Empresas y personas contratan sus servicios en buena parte de América Latina, Estados Unidos y grandes ciudades españolas.  “La fama es terrible. La personas que la alcanzan tienen dificultades para vivirse desde la autenticidad”, afirma el especialista bilbaíno, que quisiera trabajar más en su ciudad. “Me gusta mucho Bilbao y casi no tengo tiempo para viajar allí”, repite.

–    Trabaja en el mundo: Nueva York, Miami, México, Colombia, Chile… Y, pronto, quizá Argentina. Le fastidia trabajar más en Madrid, Barcelona o Valencia que en Bilbao. “Quisiera que eso cambiara e ir más a mi ciudad, que me gusta mucho”.

–    “El éxito no es el triunfo profesional o económico. Cuando lo tienes todo pero te preguntas ¿qué me falta? falla algo”.

–    Recurren a Ignacio Isusi personas que hemos visto en la televisión o en las revistas. Como es natural, prefiere que sus nombres no trasciendan.

El viaducto que va de la península de Florida a Cayo Vizcaíno es una buena metáfora del éxito. Triunfar puede separar de la realidad a quien lo logra, convertirlo en una isla que es preciso unir al resto del mundo. A eso se dedica Ignacio Isusi. Es experto en gestión del éxito. Trabaja principalmente con altos directivos, artistas y deportistas.

Aunque sea invierno, hace calor en el Golfo de México. Los carritos de golf transitan silenciosos por los cuidados jardines. Grandes automóviles descansan estacionados junto a los porches de los chalets. Los yates cabecean mostrando la popa a una Cuba que casi se adivina en el horizonte. Las mucamas miran pasar jóvenes en bicicleta. Abundan setos salpicados de flores, buganvillas y magnolios. Reina una calma republicana. Casi se puede tocar el éxito.

“Sin embargo, el éxito no es el triunfo profesional o económico. Cuando lo tienes todo pero te preguntas ¿qué me falta? falla algo. El verdadero éxito está más relacionado con el equilibrio y la serenidad que con lo material. A estas personas les sucede que se encuentran con muchísimos conflictos a la hora de gestionar su vida. Se enfrentan a innumerables zonas de riesgo”, detalla el especialista.

Isusi estudió en Marianistas de Gasteiz antes de licenciarse en Derecho por la Universidad de Deusto. Completó su formación con un Master in Business Administration en ESDEN (Bilbao) y se especializó como coach ontológico empresarial mediante el programa internacional Newfield Consulting. Recurren a él personas que hemos visto en la televisión o en las revistas. Como es natural, prefiere que sus nombres no trasciendan.

“La fama es terrible. La personas que la alcanzan tienen dificultades para vivirse desde la autenticidad. Llega un momento en que puede que les cueste disociar el personaje de la persona. Y la persona se siente sola, aislada, quizá a pesar de encontrarse rodeada por mucha gente. Han puesto tanto esfuerzo en el personaje que, cuando les falta el reconocimiento exterior, se desmorona la persona”, relata.

El coach subraya que “los medicamentos más vendidos en occidente son los ansiolticos, antidepresivos y antiulcerosos. Eso resulta muy significativo. Algunas personas, incluso en la cresta del éxito, llega a entender lo humano; pero no todos; más bien pocos. El resto se convierten en muy vulnerables. En mayor medida si el éxito ha llegado muy joven o de manera abrupta. El éxito es un regalo envenenado”. Tanto que acaba con la felicidad de muchas personas. Y, a menudo, con las propias personas.

Para buscar soluciones “el coach tiene que tener vocación de servicio. Es una forma de vivir, no basta con haber completado un curso. Es importante haber acumulado experiencia en la vida, una trayectoria vital que te permita una labor de introspección que posibilite ver en el interior de los demás. No es preciso haberlo vivido todo, pero sí disponer de una capacidad de empatía, de sentir lo que el otro siente. Y eso se logra mediante una técnica rigurosa, esto no es magia. Yo estoy para ti. Ofrezco mi persona a al otro. Me olvido de mi. Es así como puedo entrar en el otro, observar lo que hay, ayudar y salir”.

Isusi tiene claro que “el principal responsable del resultado es la propia persona. Mi obligación es dirigir el proceso. Velar que vaya bien. Eliminar las resistencias. El proceso debe acabar. Lo máximo es aproximadamente un año. Luego, la persona debe seguir volando sola. A veces, el proceso llega más lejos o alcanza un objetivo que le interesaba realmente más. Pero los objetivos son tangibles y medibles”.

Eso es lo primero: establecer una meta, unos objetivos y alcanzar un compromiso ético con la persona que quiere evolucionar. “No hay privilegio más grande que ser testigo y partícipe del cambio del alma de una persona”, explica el coach. Un experto que desarrolla su labor “en el mundo: Nueva York, Miami, México, Colombia, Chile… Y, pronto, quizá Argentina. Me fastidia trabajar más en Madrid, Barcelona o Valencia que en Bilbao. Quisiera poder ir más a mi ciudad, que me gusta mucho”.

A pesar de que viaje menos de lo que desea a su añorada ciudad natal, en Miami le conocen como “el coach de Bilbao”.

EL GIMNASIO DEL ALMA

“Hay gente que cree que los coach somos motivadores, showmans o algo así. Nada que ver con lo que yo hago. Yo trabajo sobre dificultades”, describe Isusi.

Él mismo recurre a varios coach para que le supervisen. Y participa en distintos grupos de diferentes técnicas con psiquiatras y psicólogos. Dice que, si quiere ayudar a otros, debe estar al 120%. “No trabajamos con máquinas, trabajamos con seres humanos. Y eso implica una gran responsabilidad. Tiene que ver con la búsqueda de la autenticidad de la persona; quitar las capas de la cebolla. Hay muchos miedos, muchas inseguridades.  Es un viaje en la vida de una persona. Primero, esa persona te tiene que decir lo que quiere cambiar, consensuarlo y marcar el punto de destino”, apunta.

“El coaching es el gimnasio del alma. Supone enseñar a manejar adecuadamente herramientas que casi todas las personas poseen pero que, o no saben usar, o las emplean de manera indebida. No se puede cortar jamón con una llave inglesa, por mucho que lo intentes”, describe Isusi.

PADRINO DE START-UPS

Antes de dedicarse al coaching, Ignacio Isusi participó en varias empresas, principalmente del sector de los estudios de mercado. Quizá por esa vena empresarial, quizá por su aparentemente inagotable energía, se enroló en un proyecto no lucrativo cuya principal misión es ayudar a nuevas empresas del estado a implantarse en Estados Unidos. Isusi es cofundador y vicepresidente ejecutivo del Bernardo Gálvez Business Club.

“Es una organización sin ánimo de lucro que cuenta con más de 300 socios, radicada en Florida, y cuyo objetivo es facilitar la entrada de start-ups españolas en Estados Unidos. Les hacemos lo que se denomina ‘mentoring en destino’. Se trata de potenciar el networking, traer las start-ups, apoyarlas para que se extiendan por Estados Unidos. Soy vicepresidente porque el presidente me dijo: ‘Hace falta uno de Bilbao aquí’. Isusi sonríe mientras destila ilusión por los proyectos que el Club ya ha logrado empujar en el suculento pero difícil mercado norteamericano. “Buscamos también start-ups de Euskadi. Funcionarán seguro”, exclama.

Artículo publicado en DEIA

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