En estos tiempos de pandemia, pienso especialmente en nuestros más pequeños.
Me parece durísimo lo que les está tocando vivir. Y sin embargo sé, que con el tiempo, se transformarán en unos adultos mejores que nosotros.
Lo descubro cada vez que observo a niños y niñas jugando, riendo o llorando. También cuando les escucho cantar desde el corazón y con toda el alma.
Así que hoy domingo, te acompaño la voz mágica de una niña que es un amor, acompañada por su hermano y su padre.
Genial, la reacción final de la niña cuando acaba la canción.