Cuando tenía 13 años tuve mi primer trabajo. Era muy glamuroso para un preadolescente de familia “bien”:
Tenía que abrir cajas, sustituir papeles, cerrarlas y cargarlas a pulso. ?
Lo hacíamos entre varios amigos. Era divertido, sencillo y ganábamos dinerito.
✅ Aprendí a disfrutar trabajando
Más tarde con 14, monté con un amigo, un negocio de lavado de coches en la urbanización en la que vivíamos. Fracaso estrepitoso ?.
El único cliente era mi padre y algún vecino confiado. Nadie dejaba sus llaves para acercar el coche hasta la manguera.
✅ Aprendí a pensar como adulto.
Así sobreviví esos años. Pintando trasteros y haciendo trabajitos esporádicos para añadir dinerito a la paga semanal que me daban mis padres.
✅ Aprendí a buscarme la vida
Unas Navidades con 2 amigos, buzoneamos Bilbao ofreciéndonos para aparecer en sus casas disfrazados como los Reyes Magos.
¡Fracaso total! Solo recibimos una llamada que quería al “Olentzero”.
✅ Aprendí a ser prudente al no alquilar los disfraces hasta no tener algún cliente.
En la universidad, hice encuestas en la calle como si no hubiera mañana. Recibí millones de negativas ?.
✅ Aprendí a ser resiliente.
En 5° de carrera, un mes llegué a ganar 80.000 pts y fui con mi novia a Ibiza.
Y así me fui haciendo…