Yo me he cambiado de casa unas quince veces. En una de ellas. hace tres ańos, acabé en el hospital con una lumbalgia muy eficaz que me tuvo caminando varios días como “las muñecas de famosa se dirigen al portal”. 🙈😂
Bromas aparte, este fin de semana estamos de mudanza en casa. Y reparaba en que estos cambios de hogar, suponen auténticos duelos, con toda su pérdida y ganancia.
Así que por ejemplo, en mi apartamento nuevo, la cocina es menos amable que la anterior, sin embargo, las vistas son mucho mejores. Ahora vemos el mar, un bosque de palmeras precioso y unos amaneceres y atardeceres espectaculares.
Este cambio de mi vida de estos días ha coincidido con el fallecimiento del padre de un amigo de infancia a quien estimaba mucho.
Y este acontecimiento me llevaba al pensamiento de considerar el sentimiento de orfandad que se experimenta al perder a un padre o madre. Es algo muy especial.
Y como le decía a mi amigo, tengo la impresión de que uno empieza a conocer mejor al ser querido que ya no está. Y también, a profundizar en la idea de lo que es uno mismo. Pérdida y ganancia. Seguramente estrenando aprendizajes y recuperando momentos de felicidad con efecto retroactivo.
Y pienso que los duelos en los diferentes dominios de la vida son quizás, transiciones esenciales para lograr transformaciones beneficiosas que nos llevan a mudar la piel. Y este milagro amanece para que nuestra alma pueda seguir creciendo a la vida.
Disfruta del día