Hola, ¿cómo estás? Buenos días. Bueno aquí estoy caminando por la vida un día más. hoy quería hablarte de la exigencia. lo quiero hacer porque tuve una anécdota el otro día con mis hijas, en particular con una de ellas que bueno creo que aprendí algo de esa conversación con ella, me llevo algo interesante, muy interesante. básicamente ella se quejaba de que tanto su padre como su madre éramos muy exigentes. Yo no entendía muy bien no sabía si era ella me venía decir como que éramos muy exigentes en nuestra forma de educarles, lo que además muchas veces nos consolamos con decir que la educación que nosotros habíamos tenido por parte de nuestros padres tanto mi mujer como yo pues había sido mucho más exigente.
Entonces ella decía, claro es que como vosotros, con decir esto es como que os quedáis tranquilos pero no os dais cuenta de que vosotros sois súper exigentes. Además, pues también lo piensan mis hermanas y era un tema importante y serio a mi me hizo pensar mucho y yo le dije bueno hija yo como padre creo que tengo una responsabilidad que comprendo que tú quizás como adolescente puedes no estar de acuerdo y estás en esa edad en la que tienes que pelear por mayor flexibilidad por horarios por lo que sea por lo que considera un adolescente. Todos lo hemos sido.
Y yo tendré que hacer mi función de padre que con todo mi amor y equivocándome seguramente como se equivocaron mis padres eso es una cosa pero otra cosa es que a partir de un estándar de lo que yo considero, que puede ser un padre exigente, pues ella que pudiera estar teniendo una diferencia de criterio insalvable, o no se, algo que yo no considero yo no conseguía entender bien. Y obtuve una respuesta que luego ha podido compartir con mi hija que me dio mi padre, yo le planteé este tema a mi padre. Le dije papá me ha pasado esta cosa y tal, de la exigencia y me he visto como tú cuando yo tenía 13 años que paradojas de la vida como se repite el cuento pero no soy capaz de entender bien que me quiere trasladar mi hija, porque no tengo la impresión objetiva de ser un padre meticuloso en el pedirme a reclamar en ningún orden de su vida y en lo académico, bueno estoy supervisando, como digo yo, pero no soy un padre no soy un padre coñazo, que se suele decir y él se sonrió y me dijo: “mira hijo pues yo creo que seguramente eso tenga que ver mucho que ver, con no tanto, esa exigencia con la que tú te diriges a ella, sino con la observación meticulosa que ellas hacen de tu particular forma de ser, de la propia exigencia con la que tú te vives, hijo”.
Esa frase me impactó porque me hizo pensar, pues seguramente es verdad, yo conmigo mismo soy una persona muy exigente, tan exigente que trato de flexibilizar los comportamientos hacia fuera, pero claro indefectiblemente ella es que soy su padre y un modelo entiendo para ellas cada vez menos seguramente más su madre claro ven un marco seguramente exigente, no sé si impecable, pero que a ellas no les permite vivirse con la liviandad que requiere en la medida en que sean personas diferentes y necesitan adaptar su propio modelo o construir su propio modelo, y claro se están utilizando de guía el otro.
Pues claro, para hacerse o ser un calco de lo que considero que es bueno de lo que tiene mi padre mi madre pues es imposible eso genera una desazón y una angustia terrible que a mí me pasó. Me pasé toda la vida intentando emular los modelos paternos y maternos, seguramente no tanto los que nos decían que había que copiar sino los que yo mismo observaba mi caso personal. Además, tenemos muchas conversaciones con nuestras hijas con lo cual yo creo que eso les imprime mayor tensión porque ellas tienen la posibilidad de expresar lo que les gusta lo que no les gusta y a pesar de hacerlo sigan percibiendo pues una gran tensión a la hora de vivir ese respecto seguramente ese modelo que ellos vengan los otros bueno no sé si es un rollo tanto como como siempre digo retórico confuso. Porque esto me afecta a mí, pero lo comparto contigo porque quizás pudiera pasar también en tu familia con tus hijos al final es lo que se dice predicamos con el ejemplo pero sin darnos cuenta. Muchas veces de nuestra propia particular forma de ser en este caso la exigencia con uno mismo pues puede ser como un espejo en el que estas niñas estos niños se quieren mirar y nunca encajan entonces cuidado con cómo compensar esta dificultad que puede estar produciéndose bueno sin más. Una reflexión de tantas. Que tengas un gran día. Cuídate. Chao!