Ahora que es muy tarde en España y yo viajo en un avión siguiendo mi responsabilidad profesional, aprovecho el silencio que trae la noche para escribir este post desde las alturas.
La juventud es seguramente hermosa porque todos los sueños deseados aun son posibles. La expectativa de una vida bella es posible y parece que incluso eterna.
Hay un poema tan terrible como hermoso de Jaime Gil de Viedma que siempre me acompaña y te comparto ahora que pocos me escuchan. Se titula –No volveré a ser joven– y dice así:
“Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan solo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.”
—-
¡Cómo me hubiera gustado regalarte una sesión de coaching for free Jaime! ¡¡Te equivocaste poeta!!!!
Disfruta de tu vida. Toma responsabilidad por ella.