Trabaja en el front desk del edificio donde vivo en Miami. Siempre tiene una sonrisa preparada para regalarte. Se llama Alex y desde niño, su vida no ha sido nada fácil. Te lo puedo asegurar. Yo le saludo animoso cada mañana de la siguiente manera: “Good morning Alex” “Have a good day”. Alex me regresa, como si se tratara de una melodía conocida por ambos: “Another day above ground, is always a good day”.
No sabes lo importante que suenan en mi ser, estas palabras de Alex que me llegan al corazón casi como si de una advertencia se tratara. Entonces, al tiempo que abro la puerta para salir a la calle, me ausculto el alma y escucho a mi voz rezar: “Soy un privilegiado”. Solo quería compartir contigo este momento amable de mi cotidianidad.
Ten un buen día. Ahora ya sabes que “otro día sobre la tierra, es siempre un buen día”.