Hablaba con un amigo que en esta querida España, carecemos del más mínimo sentido de patriotismo saludable (y dejo fuera a vascos y catalanes independentistas que son los más patriotas del Universo) La mayoría de españoles somos patriotas de «medio pelamen» y a ratitos. La bandera se luce con timidez (¿cuántas tienes en casa?) y el himno no se tararea ni canta porque no se conoce letra. ¡Vamos! Para hacer patria nos queda el Fútbol y Rafa Nadal (Amancio Ortega se queda fuera el pobre por la envidia que despierta) Los estadounidenses no se andan con chiquitas. Todo a lo grande, las hamburguesas y el patriotismo. El país entero está inundado de banderas, el himno suena por todas partes y a todas horas… Lo tienen claro y meridiano: cuando de sentirse norteamericanos y parecerlo se trata, cero fisuras. Se sienten, son y actúan como patriotas. Un día decidieron contarse su historia de vencedores y amantes incondicionales de su país y así les va (se lo enseñan en los colegios y en casa desde niños) Entienden la importancia de los símbolos y también que gracias a las declaraciones que se hacen como individuos y país, alcanzan su Sueño Americano. Y mientras, los españoles seguimos dormidos, enredados en pesadillas y cuentos chinos las 24h.
Hoy comparto ilusionado con todos, este trabajo que he realizando en mi faceta de actor. Diría que es mi manera de ir haciendo