Hoy he hablado con mi padre, que está en su casa en Bilbao, de muchas cosas. Y hemos tenido un recuerdo muy especial para todos los padres. Y en especial a los que se encuentran viviendo en residencias.
Imagino a todos los hijos que tenéis a vuestros padres fuera de casa, con la lógica preocupación. Espero que las autoridades competentes se ocupen de ello con intensidad y cuanto antes.
También decirte que ha fallecido por coronavirus la madre de una amiga. Una tristeza.
Por último, creo que de esta experiencia vamos a aprender mucho. También a discernir los debates absurdos con los que nos distraen nuestros dirigentes, de los que realmente nos enriquecen.
¡Ojalá! ¡Cuídate mucho por favor!?
¿Cómo estás? Hoy, en el día del padre solamente quería compartir contigo que yo he llamado a mi padre esta mañana y, la verdad, que le he encontrado muy bien. Está en España, está en Bilbao. Él vive solo, pero estaba francamente bien. Es un hombre joven y, sobre todo, que está en plena forma. Yo digo que está en bastante mejor forma que yo, incluso, y tiene casi 74 años que hace ahora en abril.
Estaba con la alegría de esa conversación, pero la verdad es que, hablábamos de lo que se está viviendo en España, y que también está llegando, y manifestábamos nuestra preocupación con el tema de las residencias de ancianos. Lo duro que tiene que estar siendo para todos estos familiares que están perdiendo a sus seres queridos, a sus padres, a sus mayores, y todo eso sin una posibilidad de poder hacer el duelo, ni poder estar, ni darse un abrazo.
Tiene que ser terrible. Y lo que está aún por venir. Yo quería hoy tener ese recuerdo para todos los padres. Para toda esa gente, esos hijos que no pueden ver a sus padres y esos padres que no pueden ver a sus hijos. Y, sobre todo, los que están en residencias de ancianos.
Un recuerdo para todos los padres y todos los hijos
Mi padre me decía que ya seguramente en muchos hijos habrá muchos sentimientos de una cierta culpa por no poder igual de atender a sus hijos en casa y tenerlos que tener en residencias, pero a veces la vida es lo que impone. No es una cuestión de más o menos amor, es lo que lo que habilita. Pero bueno, no quiero entrar en eso porque quizás podríamos estar mucho tiempo, en otro momento habrá que hacerlo. Pero desde luego, las autoridades tienen que ponerse las pilas ya con ese tema porque va a ser terrible.
Por otro lado, decirte que ya he tenido la primera comunicación hoy de un amigo que nos ha compartido en el chat de amigos que la madre de su mujer, nuestra amiga, ha fallecido por el coronavirus. Hace 9 días estaba impecable. Ya te toca directo, como digo y es cuando empiezas a sentir la gravedad porque ya está muy cerca. Un drama.
Venía pensando ahora que he recibido otro WhatsApp de estos que te mandan mil bromas y muchas bobadas y muchas cosas que te hacen pensar y la quiero compartir contigo también porque me parece que es momento. No es momento, seguramente, de buscar responsables o de si las cosas se podrían haber hecho mejor o peor, habrá momento para todo esto, pero sí me parece que es el momento oportuno para reflexionar sobre cómo hacíamos las cosas antes y cómo debemos empezar a pensar que las queremos hacer después.
Voy a leeros esto que he recibido que muchos de vosotros habréis leído también, y me pareció bien curioso. Dice así:
“Ni una sola vez he oído a los infectados y las infectadas o los contagiados y las contagiadas, prueba irrefutable de que cuando surge un problema importante no hay tiempo para gilipolleces”
Y me ha parecido muy bien traído, muy afortunado porque, tengo la impresión que, en España en los últimos tiempos, sobre todo por parte de nuestros dirigentes políticos, nos tienen entretenidos en muchísimas gilipolleces y tonterías y, además, mezclan cosas que son realmente importantes con la igualdad entre el hombre y la mujer o la mujer y el hombre. Estos debates de que el qué va primero o qué va después. Aprovechándose de debates que son interesantes nos cuelan por el camino auténticas tonterías y pérdidas de tiempo.
A ver si la energía, cuando salgamos de todo esto, conseguimos destinarla a algo mucho más provechoso y valioso para nuestro pueblo, para nuestras vidas, para nuestras personas, para enriquecernos y no perder el tiempo en tonterías y gilipolleces y perdonarme la palabra.
Que tengas un día lo mejor que pueda ser en este confinamiento y nada más, que no vaya mucho peor, pero me temo que sí va a ser así.
Cuídate.
Un abrazo familia – Ignacio