Ayer, leía consternado las noticias de las protestas por la muerte de George Floyd, (46 años). La víctima fue ¿presuntamente? asfixiada por un policía con la colaboración de otros agentes. Las imágenes son terribles.
De pronto recibimos un mensaje de las autoridades advirtiendo de enfrentamientos en la zona donde mi hija mayor hace prácticas en un laboratorio. Estuvimos muy preocupados hasta que apareció en casa.
Y como dijo mi mujer, “ya ves que cada país tiene lo suyo”(insinúa que me quejo mucho de España). Y lleva razón.
Desafortunadamente en EEUU, hay que seguir educando para eliminar cualquier asomo de racismo.
Al menos, me consoló comprobar que la policía de Coral Gables (Miami). Puso rodilla en tierra frente a los manifestantes, en señal de respeto y de perdón. Gesto que fue correspondido por los allí congregados.
Y para concluir mi día, apareció en casa, la sonrisa de mi hija pequeña, sin sus “brackets”?????.
Sentir la alegría del corazón de una preadolescente, liberada del antiestético artilugio, después de más de 2 años y para siempre, es imbatible.
Y pensé al irme a la cama, que aún queda esperanza para este ser humano capaz de lo peor y de lo mejor. A ver si entre todos creamos más oportunidades para sonreír como mi hija.
Disfruta del día