Recién aterrizado en Madrid, me lanzo a comprar un zumo de naranja y un café con leche en el aeropuerto mientras espero a mi próximo vuelo. Me dice el hombre de la cafetería cuando le voy a pagar, que “solo con dinero” que no funcionan ninguno de los aparatos para pago con tarjeta.
Incoherencias y despropósitos
Busco en mi mochila y encuentro tropecientas monedas de tropecientos países. Consigo los 4,90 euros que necesito. Para el bocata de jabugo no me llega. Le pido una “pajita” para el zumo. “Nos las han retirado por el plástico” me dice con solemnidad. Yo mientras observo descolocado y con media sonrisa puesta cómo me entrega una cucharita de plástico y el vaso del zumo es también de plástico. El del café de papel.
Pienso que España es un país maravilloso lleno de incoherencias y despropósitos. Y recuerdo ahora que hoy hace exactamente veinte años que me casé. Y que repetiría con la misma chica si volviera atrás. No sé ella…
Leo ahora en las redes la donación del Sr. Ortega y pienso que ojalá tuvieran los jóvenes de este país más ganas de emprender y menos de ser funcionarios. Luego pienso en que el pueblo es soberano y que sigue habiendo en la clase política mucha idiocia y oligofrenia profunda. ¡Necesito un cajero ya! Ese bocata de jamón será mío ?
Disfruta del día.