Estaba haciendo trabajo de oficina con el ordenador. Cruzándome una serie de emails con un proveedor y he tenido el pensamiento de una frase que me dijo un cliente hace muchos años relacionado con los expertos, con las voces autorizadas.
Él era un directivo de Eroski y me hizo un gran regalo. Me dijo: «Ignacio, nunca jamás sacralices la voz autorizada de un técnico porque ellos también se equivocan.» Para mí, fue una gran lección. Desde entonces, siempre he sometido al juicio crítico, a mi propia evaluación lo que alguien me está contando o me está queriendo vender o me está proponiendo sin darlo por hecho, por muy experto, muy famoso, muy conocido, muy reputado que sea.
Desde aquel día, someto a juicio crítico cualquier explicación que me ofrece un proveedor al que pago por los servicios que me ofrece. Pienso que a veces nos subestimamos a nosotros mismos en nuestra capacidad de evaluar lo que nos están proponiendo.
Quizás por eso yo que me autodenomino como experto en gestión del éxito, si se puede ser ese experto en algo, procuro dar muy pocos consejos. Porque me equivoco y me equivoco mucho. Mis verdades son solo mías, no son de los demás.
Nada más. Solo quería compartirte esta reflexión por si te resulta de alguna utilidad como a mí me lo resultó. Aquí en vivo y en directo y en caliente además porque me acaba de acontecer esta necesidad de someter a evaluación, a juicio crítico algo que me está proponiendo el experto. Nada más. Espero que tengas un gran día. Cuídate mucho. Chao.