Hablaba con directivos españoles de éxito reconocido en USA sobre sus trayectorias profesionales. Observo, como en otras conversaciones que son personas que no han perdido el tiempo.
De adolescentes descubrieron en carne propia, durante muchos fines de semana o periodos vacacionales, lo duro que resultaba trabajar como repartidores, en cadenas de fabricación de rodamientos, embotelladoras, cargando cajas en almacenes, etc. (en España esto sucedía). Y todo ello, en horarios tan tempranos que ni las calles estaban puestas…e incluso en el extranjero.
El éxito no es una casualidad
Su éxito no es una casualidad. El sacrificio, el esfuerzo y el trabajo duro son común denominador en el camino de la vida de todos ellos. “Currar, currar y currar”, me dice el Presidente de una gran corporación de prestigio internacional.
Aunque a veces hay quien prefiere pensar que el ÉXITO tuviera que ver con la suerte, te aseguro que los profesionales exitosos, son los que pronto descubrieron sus capacidades. También lo que no querían ser en sus vidas de adultos.
Yo desde niño escuché decir a mi padre una frase que me marcó y me sirvió para ponerme las pilas en momentos de flaqueza: «hijo mío, siempre aspiré a vivir al menos como vivía en casa de mis padres» (nunca por debajo).
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