Siempre preparo zumo a mi mujer para el desayuno (soy así, qué le voy a hacer) Cuando no hay, como esta mañana, recurro a un zumo de bote corriente y moliente que espera en la nevera a su caducidad. Como soy de brío mañanero, abrí la nevera y atrapé el cartón con decisión y la cabeza ida. En esos microsegundos que hay entre que te giras con el tetrabrick, hasta posarlo sobre la encimara, lo agité en plan maraca de Machin con motor 6 cilindros, (Tom Cruise en Cocktail, un aficionado…). La vida rodeado de hijas adolescentes es superemocinante. Solo a ellas se les ocurriría guardar el zumo en la nevera, sin cerrar el tapón. ¿Por qué? ¿Pereza por girar la rosca? ¿Desidia? Nunca lo sabremos. Una adolescente hace estas cosas y punto. Ni os imagináis como quedó la cocina. Esta vez me reí menos que con el café. Y minutos después de limpiar el desaguisado, al ¨estilo chico¨.
«¿Pero Papá qué has hecho?», preguntaban mis hijas según iban amaneciendo en la pegajosa escena del crimen.Una mujer sabe de nacimiento, cuando un hombre ha cometido una fechoría involuntaria. ¡Vivan las mujeres!