Eso me preguntó ayer un americano con mucho éxito en lo profesional. Pensaba mi respuesta cuando me insistió por otro flanco: ¿En cuántos dólares se traducen los likes de tus posts? Me escondí, hundido en un prolongado trago de agua de mi botellita (glug). Seguido, me ahogué entero en mi silencio… Hasta que por fin, conseguí reflotar. Entonces, le respondí con cuatro sinsorgadas con aire marketiniano que no me convencieron ni a mí.
Mientras hoy preparaba el desayuno, seguía a vueltas con las preguntitas, cuando me ha llegado a la nariz un olor a requemado nuclear. Pongo la vista en este hornillo crematorio americano que tengo en la cocina y se confirman mis peores sospechas. Las tostadas se me han achicharrado -as every single day- (era un secreto hasta hoy).
Después de la respiración asistida, he conseguido recuperar dos tostadas, rascándolas espasmódicamente con cuchillo. A las otras cuatro, a pesar incluso, de realizarles un masaje cardiaco (raspar a lo bestia), no he conseguido salvarlas…
Y lo de Linkedin… Es porque me apasiona contar historias y leer las de otros. Es terapéutico este diálogo con todo el mundo. A veces, también me llama alguien interesado en mi actividad profesional.