Mi mujer me regaló un Kayak por el día del padre.
No soy de caprichos, pero este artilugio, era una reivindicación inconsciente que venía dando gritos, desde hacía meses.
Ayer fue mi bautismo de fuego, y adentré mi ilusión y ganas de disfrutar en las inmensidades del Atlántico.
Y como la mejor improvisación es la que está ensayada, pasé la víspera recreando en mi mente paso a paso, toda la logística necesaria para culminar con éxito mi aventura en cada fase
Y al igual que sucedió en mi imaginación, resultó en la realidad, una Odisea, llena de dificultades, imprevistos y contingencias. Pero lo pasé bomba.
De la resiliencia y la tolerancia a la frustración
En el traslado de la embarcación, a mano (ayudado por unos ruedines de broma o Mickey Mouse). desde el garage de casa hasta la orilla, me sentí como un esclavo egipcio arrastrando una piedra gigante hasta la cima de Keops
Por supuesto, acompañado de toda la parafernalia (remo, chaleco etc) que merece cualquier actividad deportiva que quiera realizarse con cierta garantía de éxito y sin parecer un dominguero😂
No faltaron tampoco, las instrucciones de mi mujer en forma de latigazos psicológicos😂. Todo un ejercicio para trabajar la resiliencia y la tolerancia a la frustración. Y en definitiva confirmar que por Amor, se aguanta todo 😂🙏
Disfruta del día