Una de las frases que me dijo en mi adolescencia cuando falté a un compromiso que incumplí y se me quedó grabada para toda la vida: fue:
“Hijo mío, en esta vida hay que ser consecuente”
Una máxima de vida en forma de regalo
“¡Jefe eres un crack! Un año y tres meses sin poder verte.
¡Te quiero mucho papá!.” ¡Gracias!
Abrazo grande a todos los padres del mundo.