Anoche cenaba con una persona muy interesante, perspicaz y neutral políticamente. Le confesé mi preocupación por España cuando miro a la política de nuestro país. Intuyo que estamos en la antesala de un desastre y deseo que mi intuición se equivoque esta vez (lo digo de verdad).
La Profecía
La reflexión que me regaló mi interlocutor fue ésta:
“Intentan ser hombres de estado y nunca lo serán. Van a destrozar el país creando un enfrentamiento”.
Ojalá no se cumpla esta afirmación final que me sonó a profecía demoníaca y casi se me atraganta el club sandwich.