Yo tenía unos 3 o 4 años. Un amiguito mío, lanzó a la piscina un muñeco de plástico (un enanito con barba blanca).
Estuve unos segundos al borde del agua, mirando absorto como flotaba.
El niño me preguntó si me atrevería a cogerlo. Muy confiado de mí mismo, di un paso al frente (literal) y me tiré al agua.
Pero olvidé el detalle de que no sabía nadar?
Recuerdo no angustiarme mientras me hundía lentamente.
Luego vi que alguien con un pañuelo naranja en la cabeza se zambullía en el agua. Era mi madre.
Desperté rodeado de niños y con mi mamá apretándome el estómago.
Al poco tiempo, aprendí a nadar sin ayuda porque sentí que ya era capaz solo.
Al día siguiente, participé en una “competición”. Llegué el último. Tragué muchísima agua. Pero llegué.
La gente me aplaudía. ?
Cuando vine a USA a vivir, en una comida con empresarios, comenté que no entendía cómo estaba junto a ellos. Era un sueño cumplido para mí.
Alguien me miró y dijo: “como diría mi padre, -estás aquí porque has llegado-”.?
Pienso que hay experiencias en la vida que nos marcan sobremanera.. Algunos dicen que soy valiente. Yo creo que solo es que cuando me lanzo a cumplir un sueño, tengo la misma ilusión y confianza de aquel niño. Aunque eso signifique llegar el último.