Era Marisa, mi mujer, con toda su concentración puesta en reparar nuestra averiada tostadora.
Por supuesto, la ha arreglado como si reparara tostadoras todos los días de su vida porque ella:
-Vale para todo. Lo mismo le da solucionar problemas y conflictos mundanos que encrucijadas espirituales-
Es un ser humano muy especial. Le incomoda que hablen bien de ella porque es muy discreta.
Es importante aprender también a traer la discreción a nuestras vidas.
Disfruta del día