Suena el despertador y mi mujer balbucea agonizando, como cada mañana, esta letanía ?: “mi cabeza… me ordena ir al gimnasio pero mi cuerpo… quiere quedarse en la cama”. Sonreímos y nos damos la mano y nos quedamos así unos minutos, mirando al techo y en silencio, amaneciendo juntos poco a poco…, detenidos en una complicidad muy nuestra.
Y mi cabeza vuela a un pensamiento recurrente en mi vida que comparto con mi mujer: “me cuesta demasiado aceptar que hay seres humanos irrecuperables que no dejan que los puedas amar porque tienen su corazón como un colador; ni así mismos saben amarse”.
Y salta de la cama y se acerca a mi lado y me dice algo bonito al oído mientras me besa. Seguido se va al gym.
Pienso que muchas de esas personas irrecuperables, no pueden crecer porque eligieron vivir con parejas tóxicas sin valores. Y me siento muy afortunado porque en mi compañera de viaje siempre encuentro paz, buenos consejos y oportunidades para ser mejor persona. Ella sí sabe AMAR.
Y yo me voy también al gym.
Disfruta del día.