Los mejores deseos se dibujan en la mirada de quienes me rodean. Son doce segundos inolvidables, donde la fe en un futuro mejor, se consagra con la ternura que emanan los ojos de los niños cuando sueñan.
Es como si todos juntos con cada campanada, fuéramos capaces de mover la máquina que fabrica nuestros anhelos.
Se crea una conexión mágica que nos trasciende y empuja nuestra mente hacia el optimismo.
Este año, alguien me animó a comer las uvas y quise sumarme a la buena energía que atrae la culminación de esos sueños. Y como no teníamos para todos, compartí medias uvas con alguien.
Al principio no tuve claro mi deseo. En esto de pedir al Universo, suelo ser concienzudo y no quería desaprovechar la oportunidad.
Fue ayer en las alturas, cuando encontré en la mente mi deseo para el 2021:
“aprender a ser más paciente y más tolerante”
Si lo consigo, desde la conexión íntima que creo existe entre todos y todo, contribuiré a hacer un mundo mejor. Si yo me transformo, aliviaré la vida de mi mujer e hijas y también la de los demás, por el efecto mariposa 🦋
¿Cuál es tu deseo?
¡Feliz Año Nuevo! ⭐️