Por la noche, mientras cocinaba un sofrito espectacular con receta secreta, pensé en todas las personas que están ahora en las UCIS. Y en sus familiares.
Mi mente es así de oportuna. Siempre me pone en mi sitio, cuando menos lo espero.
“Eso sí que es un motivo para estar realmente preocupado y emocionalmente conmovido”, pensé.
Entonces recordé la primera vez que estuve en la UCI. Fue en compañía de mi padre visitando a mi madre, recién operada de urgencia de un vértebra del cuello, por culpa de un cáncer que le había invadido su cuerpo entero.
Allí, frente a aquella cama, quise desaparecer. Fui testigo de uno de los momentos más hermosos que he vivido en mi vida y hoy comparto contigo porque pienso que es conveniente.
Mi madre, llena de cables y rodeada de máquinas, miraba a mi padre reconfortada. Entonces, él tomó su mano mientras le besaba y repetía emocionado y con toda la ternura del universo: “amor mío, amor mío”.
Nunca lo olvidaré.
Un abrazo enorme para quienes tienen un ser querido en el hospital.
¡Viva la vida! ¡Viva el amor!