Hoy me han escrito un mensaje emocionante. Un padre de familia relata una historia de su vida cotidiana con uno de sus hijos, que me ha parecido entrañable. Y como estoy aburrido de política y malas noticias, me ha parecido oportuno compartirla con todos, salvaguardando el anonimato del autor.
Esta mañana me he encontrado con una historia bonita que me ha alegrado el día. Y un poco después, me ha llegado una foto que alguien me tomó, allá por los 90.
De la instantánea, solo comentar que me ha resultado entrañable la camiseta que llevaba puesta aquel día, con ese mensaje en letras mayúsculas: ¨SAVE THE PLANET.
He recordado que cuando era muy niño, vi una noticia en televisión sobre la tala masiva de árboles que me alarmó. Me daba miedo que nos cargásemos el Planeta.
Aunque he de confesar que, si bien no recuerdo el motivo que me empujó a ponerme esa camiseta, no creo que tuviera que ver con aquella mi conciencia infantil, y mi necesidad por preservar la naturaleza de nuestro Planeta. Aunque a veces el subconsciente hace su trabajo…
Como dice mi cuñado, -era la época de ¨Tocata¨- programa musical de la televisión y estaban de moda esas camisetas. Puede ser.
Y en cuanto el mensaje que he recibido, que es lo verdaderamente importante de lo que quiero compartir, dice así
Hola Ignacio!
Tenemos un bebé en casa. Y como mi mujer lleva mucho mejor lo de las noches que yo, decidimos que temporalmente me «mudara» a dormir con mi hijo mayor, de 11 años.
Duermo en una cama que hay que sacar cada noche (algo parecido a una cama-nido) y mi hijo, sin que nunca se lo haya pedido, cada noche cuando se va a dormir, me prepara la cama cada día la cama. Y se preocupa de que estén las dos almohadas que me gustan.
Hace dos días hizo algo mal y le mandé a la cama sin ver la Champions. Cuando llegué yo a dormir, la cama no estaba sacada y en el suelo estaba la almohada que NO me gusta.
Al día siguiente no sabía muy bien qué decirle… y me «reí» de lo que acabamos hablando, porque creo que es fruto de ver tus vídeos, jaja!
No le podía recriminar nada porque sacarme la cama no es una obligación sino algo que voluntariamente hace con cariño. Así que le dije
– Ayer no estaba la cama.
– Ya, no es mi obligación y si tú me castigas… yo también.
– Bueno, está bien que tomes tus decisiones. Y a mí, más que molestarme, me ha ayudado a valorar el gesto que tienes conmigo cada día. Pero te animo a que analices si actuar así te hace más feliz que la satisfacción que sientes cada día cuando sabes que estás dándote a los demás.
Ayer volvimos a tener un pequeño rifi-rafe. Cuando me fui a dormir, estaban la cama y las dos almohadas.
Así que gracias por tus vídeos y sigue con ellos que, de alguna manera u otra, son inspiradores!”
Disfruta del día – Ignacio