A veces, hasta saludo con un gesto bonito, si ha lugar, o incluso digo algunas palabras amables.
Cuando lo hago. me siento muy bien. Y sobre todo, cuando observo el poder que da la amabilidad cuando se regala sin esperar nada a cambio.
Ayer sonreí a una anciana desconocida que me encontré en el lugar que suelo visitar a diario para contemplar el mar. Entonces me dijo:
“Hace un día maravilloso, ¿verdad?”
“Sí. Un día maravilloso”, asentí.
Disfruta del día 😊