Los repetía especialmente cuando nos pillaba a mí o a cualquiera de mis hermanos en alguna “pipa” infantil o juvenil. Lo decía de una manera tal que caía sobre tu ser, todo el peso de su decepción. ?. Era demoledor.
Sin embargo, al ser humano le gusta tropezar con la misma piedra varias veces, y yo no fui la excepción que confirmaba esta regla ?. Me cazaba siempre, antes incluso de cometer el delito ??.
La verdad es que no he vuelto a escuchar este último “refrán”. Pienso que como hay tanta preocupación contemporánea por no lastimar o herir los sentimientos de nadie que….en fin.
Otra vez escuché a un médico afirmar algo que me encantó. Sostenía que cuando tocaba dar malas noticias a pacientes y familiares, su recomendación era, nunca decir mentiras, ni siquiera “piadosas”.
“¡Verdades, verdades piadosas hay que decir!”, defendía.
Buenos, pues si alguien se encuentra en algún proceso de selección, por favor, ¡nunca mentir!?
Otra cosa es arbitrar formas diferentes y brillantes de expresar aquello que no queremos decir “en crudo” porque entendemos que puede perjudicarnos.
Y no hablo de “edulcorar” relatos. Te aseguro que hacer del defecto virtud, es un todo un arte posible, si se trabaja la autenticidad.
Pienso que muchos candidatos fallan en sus entrevistas y procesos en general, por ocultar sus debiludades o no saber contar los aspectos “incómodos” o a priori, “escabrosos” de sus historias personales y profesionales.
Así que ya lo sabes, si estás inmerso en un proceso de selección, prepara bien el Cv y tus entrevistas. Y cuenta siempre verdades. Aunque sean solo “piadosas” ??
Un abrazo y disfruta del día