Hace muchos años contraté a alguien que resultó profesionalmente, ser un desastre, en el sentido integral de la palabra.
Un día, como consecuencia de mi enfado y frustración con mi empleado, me puse a despotricar abiertamente delante de un cliente importante. Lo hice sin pudor.
¡Vamos! que le “puse a caldo” sin escatimar adjetivos, para en definitiva culpar a la persona de mi equipo, de su incompetencia profesional.
Cuando acabé mi soflama, mi cliente, un hombre veterano y muy experimentado, dijo con voz serena:
«La culpa no es de tu empleado. Cuando pasan estas cosas, los responsables somos nosotros por haberles contratado».
Asentí y le di las gracias por sus palabras. Luego me quedé en silencio con esta respuesta maravillosa, rebotando en mi cabeza, hasta el día de hoy.
Fue toda una lección para aquél joven empresario engreído que fui yo y que nunca he olvidado.
Cómo me gustaría escuchar en esta red a profesionales, compartiendo experiencias propias de errores cometidos. Y gracias a los cuales pudieron aprender y seguramente humanizarse un poco más.
¿Alguien se atreve? Aprenderíamos todos 😀🙏 ¡Vamos valientes! Que es solo trabajo 😀
Disfruta del día.